Reseña de "Cuentos, panfletos y otras micromierdas", por el señor Prozium


El señor Prozium (Juan Jesús Caballero) es un reseñador de altura, créanme. El tío no para de leer; uno detrás de otro, hale, venga, que si ahora el Philip K. Dick, que si Palahniuk, que si Morgenstern, gente rara, al parecer, de esa a la que le dan medallas y premios literarios, que los hay, pero un día su prima le regaló un ejemplar de las Micromierdas envuelto en papel de colores, y el hombre, ahito como estaba de lo de siempre, pensando que se trataba de cosa banal y pasajera, quizá como un respiro entre tanta joya literaria, lo abrió, y se dejó llevar, y se zambulló con inocencia en el magma insondable de la miñarrez perpetua, quedando perplejo, difuso, descentrado y trémulo. Así que, siguiendo su costumbre enfermiza, lo reseñó también, jugándose el prestigio propio. Y el resultado está aquí debajo, o delante, que me pone por las nubes, y seguro que la culpa es de la prima, que le abrió un par de tercios, sibilina ella, pues el señor Prozium dice cosas como "insigne escritor", "carácter anárquico y nihilista" o "humor tan inteligente como absurdo". Bueno, pues yo me lo tomo esto como un cumplido, la verdad, porque Prozium es un hombre leído y con barba cana, así que habrá que hacerle caso y darle una oportunidad. That's all folks.

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No conozco a Paco Miñarro personalmente. Hemos cruzado un par de frases y comentarios a través de Facebook, y poco más. Pero solo con eso sé que es alguien a quien me encantará conocer en persona, porque sé que no me aburriré. Y que a pesar de ser un humano (esto no está totalmente demostrado) muy interesante, posee un sentido del humor inteligente, esto lo sé sin conocerlo porque los genios nos reconocemos entre nosotros… además me han dicho que en su restaurante se come de muerte.

Paco Miñarro es el autor de esa novela de la que habréis oído hablar, titulada “El rey del mundo”, y si no es así es porque no lo tenéis entre vuestros contactos, porque pesado con la novelita está tela. A mí aún no me han convencido para que la lea, también es cierto que soy muy rata, y como los libros que reseño me salen gratis, y Paco no se estira mucho, pues aún no he tenido el placer. El que si he tenido el gusto es este libro canijo que me ha regalado mi prima África —persona por la que llegué a conocer de manera virtual a Miñarro— que se trata de la segunda obra que ha publicado tan insigne escritor.

Al principio su título me chocó :”Cuentos, panfletos y otras micromierdas”. Así a primera vista parece un título un poco despectivo y que no se toma muy en serio a sí mismo. Nada más lejos, excepto lo de no tomarse en serio a sí mismo, y es que este libro es precisamente eso, un compendio de cuentos, panfletos y otras, en fin, ya sabéis. En él podemos encontrar: aventuras vividas por antepasados del autor, presumo que son ciertas aunque, como señalo más arriba, no se haya demostrado que Miñarro sea humano; aparecen fragmentos de obras que no conoce ni Dios, aquí literalmente, ya que entre ateos nos encontramos; cuentos metafóricos con ciertos hechos que están aun de plena actualidad, ya sean pandemias, restricciones, recortes de libertades u obligaciones que cuartan la libertad y pone en entredicho el libre albedrío del que deberíamos disfrutar, aun a riesgo de ser un antisistema. Relatos que demuestran el carácter anárquico y nihilista de un autor que está hasta las narices de que le digan qué debe hacer cuando ni los que lo exigen sepan el significado de dicho mandato.

Me imagino a Paco Miñarro con los ojos vendados, hurgando en un gran cajón de sastre, donde el azar es quien va escogiendo las historias que aparecerían en este volumen, porque me da que el autor posee una cagalera verborreica que debe plasmar en papel; de los que van con un bloc encima para ir apuntando todo lo que se le va ocurriendo, o una gran memoria, y escribe lo que le sale y lo que quiere, y he de confesar que lo hace muy bien. Me ha sorprendido para bien el dominio del léxico que tiene este hombre, con unas descripciones que van a caballo entre el realismo sucio y lo descriptivo, si es que esta mezcla es posible. Para mí, las historias narradas de lo acontecido en su pasado, o por sus antepasados, son mis favoritas, quizás por esa pátina de nostalgia con la que lo plasma, sin tomarse en serio a sí mismo, pero sin poder ocultar un halo de orgullo al señalarnos de dónde procede y lo que ha provocado que sea el ser humano, perdón, otra vez el terminito, que sea el ser que ha llegado a ser, después de todos no solo somos nosotros y nuestras circunstancias, sino también las circunstancias de nuestros mayores.

Resumiendo, os recomiendo muy mucho este librito que se lee en un peo (palabras del propio autor), y que quiere decir que en un día te lo has ventilado, pero no solo porque es cortito, también porque te engancha, y como cada relato dura pocas páginas, vas encadenando desde la vida de un médico retorcido que parece ser en el que se inspiraron para la polémica saga cinematográfica “the human centipede”, pasando por historias tiernas de cuando el autor era un tierno infante, hasta historias que mientras leía pensaba en la lista de la compra porque no me estaba enterando de nada. Ninguna de ellas tiene desperdicio y presumo intuir entre tanta incontinencia verbal sin sentido, a un admirador de Les Luthiersy a través de su humor tan inteligente como absurdo, a los mejores Monty Python. Si ya con esto último no te he convencido, ni tienes inquietudes ni idea de lo que es estar en el mundo y eres de esas personas que solo han venido a esta vida a verla pasar, si eres de estos últimos no leas el libro porque ni el propio autor querría un lector así.

El original, aquí.



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