EL AUTOR CUANTICO

 Creo que les debo una explicación. Y como alcalde de este blog se la voy a dar. Apenas le dan a uno tiempo de prever nada en la vida, y cuando mi editor, recién comido, va y me dice que era "IM-PRES-CIN-DI-BLE" que abriera un blog y que me hiciera una "marca de autor" (no sé qué diablos será eso), yo le dije que ya tenía uno, y que además era un verdadero influencer, un gurú de la red. A toda prisa construí este engendro loco y ante la pregunta de cómo quería llamar a la URL puse, inocente, "pacomiñarro", pero, coño, la eñe de mi apellido no vale ni como letra ni como carácter especial, y "pacominarro" quedaba un tanto feo, por ficticio, y a cada uno nuevo que escribía saltaba una alarma con letras rojas, que ese nombre no vale, que ese tampoco, que si... Cojones, al final di con uno pomposo y que da juego, "el autor cuántico", pero, ah, me cago en el Averno, tampoco valen los acentos, así que se quedó en "el autor cuantico". Muy maño, sí. ¿Cuantico de qué? ¿de guapo? ¿de prolífico? Ay, señor, y ya eran más de las dos de la mañana, creo, y mi editor convencido de que tengo aquí miles de seguidores, cuantico no hay ni uno, ni mi mujer se ha enterado. Y encima, ahí arriba, la foto esa enorme y borrosa, que tengo que cambiarla ya pero hoy no puedo. Un puto desastre. Así que anímense, háganse fanses míos, que no se arrepentirán, porque aquí escribiré de mi vida y circunstancias, y de las desdichas y glorias de la literatura miñarra, que ha de copar las portadas de los medios internacionales. Ya veréis.