UN ARTÍCULO DEL FUTURO SOBRE "EL REY DEL MUNDO"

 

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Minna Zallman, "The return of the quantum Author"
The Literary Review, An international Journal of contemporary writing
Vol. 300, issue 3, sept-oct 2043
(año XXIII de la Era de la Pandemia).
 
“El Rey del mundo”, o la “puta novela del siglo”, como la describió con petulancia su autor, acaba de alcanzar su edición número 500. En la feria de Frankfurt del pasado agosto se celebró el 20º aniversario de su traducción al alemán. Hace pocos días se clausuró en Londres el Simposio What the fuck happened to hysterical realism? A retrospective view of The King of the World. Desde que apareció publicada por primera vez en castellano, en Ediciones Matrioska, el año I de la Pandemia, se han vendido más de treinta millones de ejemplares. Pero el fenómeno literario no atrajo la atención del mundo de la cultura ni de la prensa hasta que en el año III (EP) la Penguin Random House lo retradujo al inglés, en edición de tapa dura, con aquel denso prólogo de doscientas páginas del filósofo David Chalmers. Fue él quien puso de relieve la trascendencia de The King of the World, a la que calificó de “obra cumbre” de la literatura universal y de “incomprehensible muddle” (confusión incomprensible), dando así inicio a la cadena de estudios, tesis universitarias y análisis varios que tanto pulularon durante la década posterior.

En los Estados Unidos, y tras el golpe de Estado de Steve Bannon, The King of the World fue prohibido y sus editores encarcelados. En Rusia, tras el triunfo electoral del ultranacionalista Aleksandr Guélievich Duguin, en 2025 (V EP), varios cientos de ejemplares fueron quemados en la Plaza de Nicolás II. La situación en Europa no era mucho mejor. Polonia, España y el Principado de Mónaco censuraron la obra, que sin embargo continuó difundiéndose ampliamente en ediciones piratas. La dictadura de Leonor I de Borbón forzó a Miñarro al exilio. Viajó primero a Londres, donde se dedicó al tráfico de enteógenos y sustancias varias, y en 2028 se instaló en las Highlands, concretamente en Klibreck, a orillas del lago Naver. Fue allí donde escribió gran parte de su producción literaria: Babilonia mon amour, The trembling anarchist, It rains and I don't get wet y la anatemizada I shit on the Christ of the lanterns. El revuelo que esta última causó en medios católicos le valió la excomunión pública y la inclusión de todas sus novelas en el Index librorum prohibitorum por iniciativa del Papa Inocencio XIV. En el año X (EP), la Gran Revolución que expulsó a Bannon del poder restituyó la libre circulación de The King of the World. Miñarro quiso emigrar entonces a los Estados Unidos (todavía no denominados "United Counties of America", recuérdese que ello no ocurrió hasta el año XI EP) pero fue detenido en el aeropuerto de Inverness y enviado a Madrid. La Corte de Leonor I le condenó a presidio perpetuo, aunque pudo escapar de la cárcel de Cercedilla gracias al ministro de finanzas de Malta, que lo ocultó en su valija diplomática. Desde entonces nadie conoce exactamente su ubicación. Algunos investigadores suponen que sigue en La Valetta, viviendo bajo una falsa identidad. Otros le emplazan en Massachusetts, dirigiendo una secta clandestina de verduleros visionarios. Incluso hay quien afirma haber asistido a su funeral en un poblado cercano a Antananarivo, en Madagascar. Sin embargo, un reciente suceso publicado hace unos días en el Austin Daily Herald quizá pueda aclarar el enigma. El periodista Noah Blake lo resume así:

“¿Reaparece Miñarro? Tras años de silencio y oculto para los medios, es muy posible que el autor cuántico, como gustaba de denominarse a sí mismo, se encuentre actualmente en Austin (TX). Un encuentro fortuito con el vagabundo a quien atribuyó la autoría de la novela, el auténtico John R. Connor, se produjo en el parking del Supercentro WalMart, en el 13201 de Ranch Road. Fue justamente ayer, a las 18 horas en punto. Según declaraciones de Connor, un viejo medio calvo y barbudo que conducía un carrito de ruedas cargado de libros tropezó con él y le increpó repetidas veces. Su sorpresa fue mayúscula al reconocer al mismo tipo que, veintiocho años antes, en Nueva York, se había apoderado tan arteramente de su manuscrito. Por entonces Connor había escapado del psiquiátrico de Airport Blv y también manejaba un carrito similar, aullando por las avenidas. La historia de ese primer encuentro, ya saben, está relatada en el primer epílogo de The King of the World. Pero los papeles han cambiado. Connor se fijó en las portadas. Todas ellas eran ejemplares de la primera edición de Matrioska. “Por fin” —gritaba el anciano poseído— “Por fin han llegado los ejemplares de la imprenta”.

Connor, conmovido, le contó al periodista que se trataba de una demostración palpable de la exactitud de la teoría de supercuerdas. “Concretamente de la variante conocida como Heterótica-M”, señaló satisfecho, mientras exhibía como prueba uno de los ejemplares, impreso en el año I (EP). El anciano desapareció tras una esquina y no ha vuelto a saberse nada más de él.

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